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LA FLOTA DE AKROTIRI.

Al sur de la volcánica isla de Santorini o Thera, una de las islas más singulares del archipiélago cicládico heleno, se encuentra el yacimiento minoico de Akrotiri.

Fresco de la “Flota de Akrotiri”. Wikipedia.

 Este yacimiento, cuyo nombre real se desconoce, ha tomado prestado su denominación actual de la localidad más cercana al mismo. Dicho enclave es, junto con Cnossos (Creta), el origen del mayor número de pinturas al fresco de esta antigua civilización del Egeo. Todos estos murales pictóricos se encuentran repartidos entre los museos de Atenas, el prehistórico de Santorini y el arqueológico de Heraklion (Creta). Del conjunto de obras, una de las más espectaculares y relevantes por la gran calidad artística  y por la variada información  que proporciona es el denominado “Fresco de la Flota de Akrotiri” o simplemente “Fresco de los barcos”.

Durante las excavaciones en Akrotiri de la denominada Casa Oeste, aparecieron unas paredes, en el interior de la vivienda, ricamente decoradas con pinturas al fresco de temas marinos. En una de estas paredes se aprovechó el espacio existente entre el techo y las ventanas, de tan sólo 36 centímetros de alto, para pintar una magnífica escena a lo largo de 16 metros, en la que se podía apreciar, al menos, dos ciudades al borde del mar, un número importante de barcos, delfines y otros animales y plantas terrestres, además de numerosas figuras humanas, tanto embarcadas como en tierra firme. Es de destacar que en otro ángulo de la misma estancia se encontró otro importante fresco conocido como “Los pescadores”.

Fresco de los “Pescadores”. Wikipedia.

El “Fresco de la Flota de Akrotiri”, está datado en la Edad de Bronce, concretamente los arqueólogos la han ubicado en el Cicládico Reciente I, equivalente al Minoico Reciente IA, es decir, entre el 1600 y el 1530 a. de C.

Parece ser que la principal técnica empleada para su realización fue la del “fresco”. Esta técnica consiste en aplicar un enlucido húmedo a base de cal sobre la pared lisa, para aplicar directamente y en mojado los diferentes pigmentos. Igualmente, para algunos detalles se utilizó la técnica “al secco”, en esta ocasión los colores se aplican con la pared ya seca. Una tercera modalidad fue la del “fresco secco”, consistente en volver a humedecer el enlucido con una lechada de cal y proceder a pintar seguidamente. En lo que se refiere a los colores utilizados debemos decir que presenta poca variedad, tenemos el blanco, el negro, el rojo, el azul claro y el ocre anaranjado. Todos ellos de origen mineral y obtenidos a partir de óxidos de varios elementos como el calcio, el cobre o el hierro.

Detalle del fresco de la “Flota de Akrotiri”.

 Este fresco es de gran interés para la arqueología en base a la gran cantidad de información que nos aporta y que podríamos clasificarla de la siguiente manera:

Mapa de Thera.

a) Información geográfica. Está claro que nos encontramos con una serie de ciudades situadas en la orilla del mar, especialmente relevante es la que aparece a la izquierda de la obra. Algunos autores han interpretado esta parte como una ciudad sobre un delta (quizás influenciados por los vínculos que con el delta del Nilo tuvo la civilización minoica), basándose en la disposición de varios canales de agua alrededor de la urbe. No obstante, en mi opinión, podría tratarse de la propia isla de Thera en un momento previo a la erupción volcánica que la destruyó parcialmente y que, en aquellos tiempos, debió contener una isla en su interior, es decir, una isla dentro de otra isla, pero abierta en uno de sus lados hacia el mar. Hoy día el lugar de esa isla central estaría ocupado por dos islotes más modernos denominados Nea Kameni y Paleo Kameni, el primero de ellos es donde actualmente se manifiesta la actividad volcánica de Thera.

En el otro extremo de la obra aparece otra ciudad cuya principal característica es la de poseer un puerto y en el que se aprecian varias embarcaciones de pesca.

b) Información arquitectónica. Las ciudades aparecen construidas con edificios similares a los de Akrotiri. Se trata de casas de varias plantas levantadas con hiladas de sillares, a veces enlucidos, las cuales se disponen adosadas unas a otras. La estructura general es adintelada o arquitrabada, en la que no existen los arcos y las cubiertas son planas a modo de terraza. En el mural sobre estas terrazas hay numerosas personas que se asoman para asistir  al desfile naval.

Edificios de varias plantas en Akrotiri.

c) Información naútica. Son numerosas las naves que aparecen (al menos once), entre ellas al menos podemos distinguir cuatro tipos. El primero se correspondería al modelo más sencillo, una embarcación pequeña y movida a remo con solo dos ocupantes, se trataría de una barca de pesca simple. Otro modelo, de mayor tamaño, aparece ocupado por unos diez remeros más un timonel, lo más característico es una especie de cubierta o “toldilla” que les protege del sol. Un tercer modelo, similar al anterior, pero mucho más grande, posee hasta cuarenta y ocho remeros bajo la “toldilla” y su correspondiente timonel. Además, la parte de popa va equipada con un “castillete”. En este caso su sistema de propulsión es mixto (remo-vela) a juzgar por el mástil central y la vela recogida sobre la “toldilla”. Un cuarto modelo aparece con una vela cuadrada totalmente desplegada y poca tripulación a la vista, quizás un barco de transporte de mercancías. Es el tercer modelo descrito el que ha servido para intentar recrear una nave minoica, como ejercicio de arqueología experimental, fue bautizado como el “Minoan” y se encuentra en el puerto de La Canea (Chaniá) de Creta.

El “Minoan” navegando. Wikipedia.

d) Información zoológica y botánica. Sobre la parte superior de la isla, en la parte izquierda de la composición, se observa una pareja de ciervos y un gran felino que les está dando caza. Igualmente aparecen varios árboles y flora más propia de Egipto como palmeras y papiros.

Naturalmente existen muchos otros frescos minoicos con mayor o menor grado de conservación, pero probablemente hasta el momento presente ninguno aporte tanto al conocimiento de la vida de este pueblo como el “Fresco de los barcos” de Akrotiri. Por cierto, en otra ocasión os hablaré de este sorprendente yacimiento que sorprende por su avanzado urbanismo. Espero que os haya gustado. #Arqueosaludos.

“SIEGA VERDE”.PREHISTORIA GRABADA EN PIEDRA.

Logo de Siega Verde. ADECOCIR.

No muy lejos de la frontera con Portugal existe un lugar donde el hombre del Paleolítico Superior dejó una huella indeleble sobre la piedra. Ese lugar es “Siega Verde”. Este verano, como me encontraba visitando a unos amigos en la provincia de Salamanca, he aprovechado para acercarme y conocer tan singular sitio.

Localización.

El yacimiento se ubica en los términos municipales de los pueblos de Villar de la Yegua, Villar de Argañán y Castillejo de Martín Viejo, ocupando unos 3 Km. del cauce del río Águeda, a tan solo 15 Km. de Ciudad Rodrigo, donde grabados sobre la piedra se han localizado un total de 94 paneles con más de 500 representaciones, mayoritariamente de zoomorfos (caballos, bóvidos y cérvidos principalmente), además de figuras antropomorfas y diversos símbolos abstractos, todos ellos al aire libre.

Importancia del yacimiento.

Grabando la piedra. ADECOCIR.

Siega Verde es junto al cercano yacimiento portugués de Foz Côa uno de los conjuntos de arte rupestre paleolítico más importantes de toda Europa. El valle del Côa fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1998, haciendo extensiva esta declaración a la estación de Siega Verde en el año 2010. Además, se da la particularidad de que ésta ha sido la primera vez en que la UNESCO reconoce bajo una misma declaración a dos lugares pertenecientes a países distintos. Los otros dos enclaves de arte rupestre paleolítico europeo que la UNESCO ha reconocido hasta la fecha son, por una parte, las “Cuevas pintadas del Valle del río Vézère” (Francia, 1979) y, por otra parte, la “Cueva de Altamira” (1985) y las “Cuevas con arte rupestre de la Cornisa Cantábrica” (2008). Todo esto nos da una idea de la importancia de este sitio arqueológico.

 

¿Qué podemos ver?

Calco de uno de los paneles más interesantes. (Modificado de ADECOCIR).

Como ya hemos adelantado en los numerosos paneles catalogados podemos encontrar representados muchos animales, la mayoría herbívoros que eran cazados por nuestros ancestros, como los “uros” (bóvidos salvajes cuyo tamaño era el doble de un toro actual), ciervos (un caso especial son los “megaceros”, ciervos de gran alzada con una espectacular cornamenta), caballos (con un aspecto muy parecido a la única subespecie salvaje de caballo que sobrevive en la actualidad, el “caballo de Przewalskii”), cabras, etc. Sin embargo, existe una representación destacable por su rareza, ya que normalmente se representan, solos o en conjunto, aquellos animales que eran objeto de caza, pero no depredadores. Se trata de la figura de un cánido (lobo) el cual aparece en un panel junto a un gran uro, varios caballos, la cornamenta de una cabra en vista frontal y un símbolo abstracto en forma de “U”.

Calcos de paneles con figuras en conjunto y aisladas. (Modificado de ADECOCIR).

Cabe reseñar la coexistencia en el yacimiento de representaciones de animales pertenecientes a la fauna eurosiberiana (característicos de clima frío) como son los renos, bisontes y rinocerontes lanudos junto a otros elementos mediterráneos, como es el caso de los ciervos. Esto nos habla de la alternancia del clima frío con otros períodos más cálidos, coincidiendo con las últimas fases de la última glaciación (Würmiense), la cual tuvo su apogeo hace 20.000 años a.C. El cambio climático que tuvo lugar posteriormente supuso la retirada progresiva de los glaciares y el aumento de las temperaturas y la humedad a nivel global, favoreciendo la sustitución de un tipo de animales por otros mejor adaptados. Dichos animales normalmente aparecen representados en conjuntos de 2 a 6 figuras, aunque no son raros los grabados con un único elemento en paneles de rocas aisladas. Lo más común es que estas figuras adopten una posición estática de perfil absoluto, ya que las técnicas empleadas, a diferencia de la pintura, no permiten conseguir una sensación de profundidad.

Prótomo de caballo piqueteado.(ARQUEOFILIA)

Las partes más representadas son los “prótomos” (parte del cuerpo que incluye la cabeza y la totalidad o parte del cuello del animal), en otras ocasiones se representa únicamente la cabeza y la línea superior del lomo (conocida como “línea cérvico-dorsal”). Son numerosos los detalles como las orejas, las crines enhiestas o “crineras” en los caballos (típicas de los caballos de Przewalskiii y de las cebras), los cuernos, la indicación del sexo, así como el denominado “despiece ventral”. Este último consiste en tres líneas curvas que dibujan una “M” muy abierta y que se usan para delimitar el lomo del vientre del animal, quizás indicando de manera gráfica un cambio en la coloración del pelaje. Por otra parte, las partes distales de las extremidades (pezuñas) no suelen aparecer en los grabados.

 

Calcos con distintos elementos compositivos. (Modificado de ADECOCIR).

Otro tipo de representaciones se corresponden con vulvas (interpretados como símbolos asociados a la fertilidad) o signos de diversos tipos como “claviformes” o “tectiformes”, algunos de estos últimos con forma de retícula, todos de difícil interpretación, quizás redes o trampas para cazar a los animales representados.

La técnica.

Para representar tanto las figuras zoomorfas como los símbolos abstractos se usaron tres técnicas:

  1. Piqueteado. Consistente en percutir con una piedra dura (principalmente de cuarzo o cuarcita), previamente afilada en uno de sus extremos, sobre la roca (percusión directa) aunque también se puede usar otra piedra a modo de martillo (percusión indirecta). En ambos casos se actúa sobre aquellas zonas en las que el esquisto presenta una superficie más o menos lisa. Estas superficies lisas se producen como consecuencia de la propia naturaleza de la roca (tanto la pizarra como el esquisto se deshacen en lajas o planchas de roca a favor de planos paralelos entre sí, esta propiedad se conoce en geología como “esquistosidad”) o bien aprovechando las paredes lisas aunque ligeramente curvadas que presentan las “marmitas de gigante” (grandes oquedades sobre el lecho rocoso del río producidas por la erosión continua de las piedras del fondo al formarse un remolino de gran energía).
  2.  Incisión. Consiste en presionar y arrastrar de manera continua sobre la superficie rocosa, usando esta vez un material puntiagudo, una hoja o lámina de sílex. Apareciendo finas líneas que sirven tanto para esbozar la figura, perfilar los piqueteados o añadir detalles.

     3.  Abrasión. Consiste en retocar una línea de manera sucesiva formando un surco más profundo.

Todas estas técnicas se usan individualmente o bien de forma combinada en una misma figura. Originalmente aparecen trazos (incisión y abrasión) o pequeños hoyitos (piqueteado) de color blanco que provocan un gran efecto de contraste sobre el fondo gris oscuro de los paneles, no obstante con el paso del tiempo y debido a la composición mineral de la roca (con gran cantidad de minerales ferrosos) el color se vuelve rojizo debido a la oxidación de dichos minerales, consiguiendo el aspecto de una falsa pintura.

La datación.

No es fácil datar una estación al aire libre ya que no se pueden establecer relaciones con otros elementos del contexto arqueológico (no hay restos de hogueras susceptibles de ser utilizados para la prueba del C14, no hay industria lítica que se pueda comparar con otra conocida y bien datada, etc). Sin embargo si podemos establecer relaciones con las pinturas realizadas en el interior de las cuevas. Dichas pinturas utilizan técnicas de representación y convencionalismos comunes a los grabados como son las “líneas cérvico-dorsales”, los “despieces ventrales en M”, etc. Como consecuencia de este análisis comparativo se ha concluido que los grabados se produjeron entre 20.000-11.000 años a.C, correspondiendo a los períodos Solutrense y Magdaleniense.

¿Qué tiene de especial Siega Verde?

Esta acumulación de figuras en un lugar tan delimitado no es casual, Siega Verde es un importante lugar de paso tanto de hombres como de animales ya que el río Águeda en este punto permite ser vadeado antes de encajarse en los Arribes del Duero.

Por otra parte es importante señalar la gran fluctuación del caudal que presenta este río, alternando grandes avenidas con prolongadas sequías. Sin embargo, en cualquier época se podría encontrar pozas con agua, haciendo de este sitio un lugar muy atractivo para las sedientas manadas que acudirían a saciar su sed en el fondo del valle.

Así mismo provocar la entrada de estos animales en el agua sería una ventajosa forma de darles caza, al limitar su capacidad de movimiento y por lo tanto de huida, se aumentaba la probabilidad de conseguir una buena pieza y todo ello con un menor esfuerzo.

Se cree que los grupos de cazadores-recolectores del Paleolítico Superior establecerían sus campamentos en las terrazas del río (apartados del cauce para evitar a los depredadores que también bajarían a beber) en largas temporadas que abarcarían desde el comienzo de la primavera hasta bien entrado el otoño, teniendo que abandonar el lugar en el invierno debido al rigor del clima. Precisamente el clima debió ser un factor decisivo en el abandono del lugar tras acabar el Paleolítico ya que no existen grabados posteriores pertenecientes ni al Neolítico ni a la Edad de los Metales, al contrario que en otros valles con grabados, como es el caso de la estación de “Domingo García” en Segovia.

Significado de los grabados.

Son muchas las interpretaciones que se le han atribuido al arte paleolítico, algunas relacionadas con la “religión”, el “chamanismo”, los “tótemes”, el “arte por el arte” etc. A mi personalmente me convencen dos posturas; la primera es la que aboga por explicar estas manifestaciones como magia propiciatoria para la caza, tesis avalada por la abrumadora presencia de animales que son en definitiva piezas de caza. La otra propone que los paneles serían elementos de señalización de territorios de caza para las tribus de cazadores-recolectores, legitimando cierta “propiedad” o “exclusividad” de determinadas zonas. Sea como fuere la verdad es que el realismo, el naturalismo y la fuerza expresiva de las figuras es capaz de trasladarnos a otra época, hace miles de años, cuando la humanidad todavía no tenía fronteras y la naturaleza era la patria común de todos los hombres.

Espero que os haya gustado y si tenéis oportunidad no dejéis pasar la ocasión y acercaros, merece la pena. #Arqueosaludos.

“HOMO NALEDI”. UNA NUEVA ESPECIE HUMANA.

Una vez más la denominada “Cuna de la Humanidad”, integrada por los yacimientos sudafricanos de Sterkfontein, Kromdraai, Wonder Cave y Swartkrans, (a los que habrá que añadir la cueva “Rising Star”, recientemente descubierta en 2013) nos depara una nueva sorpresa. Se trata de una nueva especie del género Homo, el “Homo naledi” (naledi significa “estrella” en el idioma del pueblo sotho).

Su descubridor, el paleoantropólogo y arqueólogo americano Lee Rogers Berger, conocido también por ser el descubridor del “Australopithecus sediba” y por sus estudios acerca de los “Australopithecus africanus”, ha podido fijar y definir esta especie en base a 1.500 restos óseos de al menos 15 individuos de distintas edades encontrados en la denominada “cámara dinaledi”  de la mencionada cueva “Rising Star” , la cual posee un acceso especialmente complicado debido a la estrechez de algunos pasos, cuestión que ha condicionado que los investigadores que han accedido a la misma hayan tenido que ser de constitución  especialmente delgada.

La posición filogenética, esto es, su lugar y relación en la foto de familia del árbol evolutivo de la humanidad, todavía está por determinar. Como ocurre en muchos casos los restos fósiles estudiados presentan características propias del género Homo (comunes a H. Erectus y H. Hábilis ) como son la morfología del cráneo y la disposición de los huesos de manos, pies y piernas, a la vez que incluyen otras más propias de los Australopithecus, como la pequeña capacidad craneal (500 c.c.) y la disposición del  extremo proximal del fémur, además de la estructura general del tronco.

Este nuevo fósil humano se ubicaría temporalmente dentro de una horquilla entre 2,5 y 2,8 M.a., aunque la datación exacta será difícil de obtener debido a que las cuevas no son los mejores sitios para una datación precisa. A diferencia de otras cuevas sudafricanas donde han aparecido restos de australopitecinos mezclados con otra fauna (como mandriles) y cuyo origen estaría según demostró C. K. Brain, en la actividad depredadora de grandes felinos ( concretamente leopardos), en Rising Star existe una anómala concentración de individuos de varias edades y de la misma especie, planteando la posibilidad de que “Homo naledi” practicase enterramientos deliberados de sus congéneres. Si ya algunos autores habían cuestionado este mismo tipo de prácticas relacionadas con H. antecessor, no se qué pueden estar pensando en estos momentos ya que “Homo naledi” es muchísimo más antiguo que H. antecessor, con tan sólo 900.000 años de antigüedad. No obstante me imagino que por ahora la hipótesis de un evento catastrófico no estará definitivamente descartada como vía para justificar tan alta concentración de restos. El debate está servido. Homo Naledi, bienvenido a la familia y ya te buscaremos un lugar para la foto de familia. #Arqueosaludos.