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Yacimientos arqueológicos.

BAELO CLAUDIA (y III). LA CIUDAD ALTA.

Basílica presidida por la estatua del emperador Trajano.

Con este post completamos la visita a la ciudad romana de Baelo Claudia, como ya os comenté nos referimos a la parte excavada, ya que queda mucho por descubrir en este magnífico yacimiento. Pues bien toca el turno de echar un vistazo sobre la parte central de la ciudad, lugar en la que se ubican los edificios administrativos, religiosos y de poder de la urbe donde además se desarrollaba gran parte de la vida pública (Foro, Curia, Basílica, Templos de la tríada capitolina y Templo de Isis, etc.), a los que tenemos que sumar otros edificios relevantes, como son el Teatro, las Termas, el Macellum, y varios Acueductos.

Foro y Basílica de Baelo Claudia.

El auténtico “ombligo” de la ciudad está constituido por el “Foro”. Se trata de una gran plaza pavimentada con grandes losas de piedra, alcanzando una dimensión total de unos 37 x 30 mts y cuya datación ha quedado establecida en el siglo I. d.C. Dicha plaza posee la característica de hallarse porticada tanto en su lado este como en el oeste. En torno a ella podemos encontrar la gran mayoría de edificios oficiales, entre los que están la “Basílica”, la “Curia”, el Mercado o Macellum”  y los Templos”. En su sector norte aparece una terraza elevada sobre la plaza  o “rostra”, la cual se utilizó como tribuna oratoria. Justamente a su espalda apareció durante las excavaciones una fuente ornamental revestida de mármol. A ambos lados podemos observar las escalinatas que dan acceso a los distintos templos.

En la parte oeste del Foro se han excavado una serie de construcciones menores que se han interpretado como la “Curia” , el “Tabularium” o archivo de la ciudad, una “Sala de votaciones” y la “Schola” o “Sala de Magistrados”.

Plaza meridional, Basílica en el centro y al fondo la zona de los Templos.

La “Basílica”, también denominada “Basílica forensis”, era el edificio desde el cual se llevaba a cabo la administración de justicia, aunque en su interior también tenían lugar negocios y transacciones económicas. En lo que respecta a su aspecto podemos decir que, aunque en la actualidad solo observamos columnas al aire libre envolviendo a la estatua del emperador hispano Trajano, en su forma original se trataba de un edificio cerrado y cubierto con una cubierta plana de madera o bien abovedada.

Terraza de los templos .(“Templo de Júpiter” en el centro de la imagen).

En la parte norte del Foro nos encontramos con la zona reservada a los templos, en esta ciudad hubo cuatro de ellos además de varios “templetes”. Estos templos se encuentran en una terraza elevada sobre la plaza del Foro. En la parte mas occidental estuvo el templo dedicado a la diosa Minerva, a continuación el dedicado al dios Júpiter (el mejor conservado) y a su derecha el correspondiente a Juno, completando así el culto a la “Tríada Capitolina”. En la parte más oriental se encuentra un templo de grandes dimensiones, en comparación con los anteriores, y dedicado a un culto exótico, el templo de Isis. Esta fue una deidad femenina de origen egipcio, esposa de Osiris, la cual consiguió una gran cantidad de fieles, principalmente entre las clases más altas de la sociedad romana.

Teatro de Baelo Claudia.

Baelo contaba también con su propio Teatro, este era una edificación importante ya que las representaciones teatrales que en él se llevaban a cabo no debemos considerarlas únicamente como un modo de diversión sino como una expresión de la vida cívico-religiosa. Esto es así debido a que las representaciones formaban parte de los juegos públicos celebrados en honor a los dioses. Por otra parte, diremos que las normas de construcción de los teatros romanos vienen recogidas en el “Tratado de Arquitectura de Vitruvio”, en su libro V, donde se especifica que el modelo estandarizado debía contar con una serie de partes bien diferenciadas denominadas; cavea, balteus, orchestra, púlpito, scaena frons, versurae y post scaenam. Los edificios más avanzados llegaban a dotarse de una cubierta textil (generalmente de lino), para proteger a los asistentes del sol y denominada velum.

Termas ubicadas junto a la Puerta de Gades.

No podían faltar las Termas en una ciudad de las dimensiones y la importancia de Baelo, hubo con seguridad varias de ellas y las ubicadas junto a la Puerta de Gades no serían las de mayores dimensiones, aunque estas son las que se han excavado hasta el momento. En la fotografía superior podemos observar una parte muy ilustrativa del funcionamiento de unas termas, el conjunto de pilastras de ladrillo, en la parte central, servían para soportar un suelo denominado “suspensura” sobre este se colocaban las piscinas de agua caliente. El espacio que quedaba entre el suelo inferior y la suspensura se denomina “hipocausto”  y era por donde circulaba el aire calentado en el “praefurnium” u hogar alimentado por leña. En la imagen el praefurnium figura como un arco de ladrillo sobre la pared del hipocausto. Al otro lado del muro se encontraría la zona de almacenaje del combustible.

 

Tramo de acueducto.

Y ya para finalizar, los acueductos. De este tipo de construcciones se han hallado restos de hasta tres , las cuales eran esenciales para la vida de la ciudad y para su actividad industrial. Todos ellos hacían llegar el agua desde las montañas cercanas. Precisamente esta abundancia de agua, la existencia de salinas cercanas y la gran riqueza pesquera fueron las claves que aseguraron el desarrollo de esta magnífica ciudad. Espero que os haya gustado. #Arqueosaludos.

BAELO CLAUDIA (II).LA CIUDAD BAJA.

Continuamos con la visita a Baelo Claudia, esta vez tal y como adelantamos en el último post, salimos al exterior. Como hay mucho que contar vamos a dividir la ciudad (la parte ya excavada) en dos partes y dedicaremos un post para cada una, completando así esta pequeña trilogía. En este post hablaremos sobre aquella parte de la ciudad comprendida entre el mar y el decumano máximo. Esta zona recoge lo que podríamos denominar como parte “industrial” de la urbe, caracterizada por dos elementos principales, el puerto y la factoría de salazón.

Parte de la muralla este de Baelo Claudia.

Del puerto no se conserva, al menos a la vista, ninguna estructura. Posiblemente esto es debido a que los muelles desde donde partían y llegaban los barcos estaban hechos de madera, material que necesita unas condiciones muy favorables para su conservación. A pesar de todo esto sabemos que el puerto era una parte fundamental de la ciudad. A través de él llegaba la pesca, principal actividad de la ciudad y a la que debía en gran parte su riqueza tras ser transformada en salazones y salsa “garum”. Por otra parte, el puerto de Baelo Claudia poseía la singularidad de ser el más cercano a África, donde también existían numerosas ciudades fundadas por los romanos, entre ellas la ciudad de “Tingis” (actual Tánger), capital de la provincia  “Mauritania Tingitana”,  con la que Baelo debió mantener un tráfico intenso a través del Estrecho de Gibraltar tanto de mercancías como de personas.

Maqueta de Baelo Claudia.

Al contrario que ocurre con el puerto, la factoría de salazón está muy bien conservada. Se trata de un barrio entero en el que se mezclan casas (como la denominada “casa del reloj de sol”) con depósitos o piletas  de diverso tamaño para la salazón y fabricación del “garum”, denominadas “ceteriae”.

“Casa del reloj de sol”

Alrededor de las piletas  se  añadieron una serie de dependencias anejas, las cuales debieron funcionar a modo de almacén o bien como espacios de transformación. Todo esto nos habla de la complejidad creciente que se desarrolló en base a productos con un alto grado de comercialización.  Los romanos llamaban a estas unidades de producción “officinae”. Estas “officinae” eran explotadas utilizando mano de obra esclava, aunque existen algunos testimonios de la presencia de libertos como propietarios. Así lo atestigua una tessera de plomo unida a una ánfora bajoimperial africana con la inscripción “ex oficina libertorum” que podemos traducir aproximadamente como “perteneciente a la factoría de los libertos”.

“Grandes conserveras”

En Baelo Claudia los arqueólogos han diferenciado estas piletas o depósitos en dos conjuntos en función de su tamaño, así tenemos las denominadas “pequeñas conserveras” y las “grandes conserveras“. Estas estructuras presentan dos formas; circular y cuadrangular, todas construidas a base de mortero de cal y piedra y  revocadas en su interior por sucesivas capas de “signinum” para evitar las filtraciones. En ellas se depositaban capas de pedazos de pescado alternándose con otras de sal a partes iguales. Todo el conjunto se dejaba expuesto al sol durante unos veinte días en el caso de las salazones. Sin embargo, para las salsas  se buscaba la fermentación del pescado (principalmente caballas, sardinas y anguilas),  por lo que la exposición duraba entre dos y tres meses, utilizando además  otra serie de productos como vísceras de los propios peces, pequeños moluscos, vinagre, aceite, vino o pimienta. Según las mezclas efectuadas se obtenían distintos tipos de salsa y distintas calidades, con lo que se conseguía llegar a una clientela muy amplia. Finalmente el producto resultante se envasaba en ánforas cerradas herméticamente con tapaderas de cerámica o tapones de corcho sobre los que se vertía cal. De esta manera quedaba listo para su transporte y distribución.

“Pequeñas conserveras”

Por último no podemos dejar de hablar de las dos puertas monumentales que se ubican en ambos extremos del “decumanus máximus” , es decir al Este y al Oeste de la ciudad respectivamente. El “decumanus” ´sirve de separación entre esta parte “industrial” de la urbe del resto de la ciudad. La puerta del Oeste recibe el nombre de “puerta de Cádiz o de Gades”, ciudad a la que se llegaba bordeando la costa en esta dirección.

“Puerta de Gades”

En el otro extremo nos encontramos con la denominada “Puerta de Carteya” en alusión a la ciudad romana de “Carteia” (actual San Roque, Cádiz), lugar donde se llegaba si se caminaba en dirección este.

“Puerta de Carteya”

En el próximo post nos adentraremos en el corazón de la ciudad de Baelo. Espero que os haya gustado. #Arqueosaludos.

BAELO CLAUDIA (I).EL MUSEO.

Baelo Claudia entre la playa, la duna y los pinares.

La ciudad romana de Baelo Claudia ha atraído el interés de arqueólogos y aficionados, tanto de la Arqueología como de la Historia, desde el  momento de su descubrimiento y primeras excavaciones realizadas hacia 1917. A pesar de que no tiene las dimensiones de otras ciudades romanas de Hispania, como Tarraco o Carthago Nova, esta ciudad representa uno de los modelos mejor conservados del urbanismo romano. En una mañana se pueden admirar la práctica totalidad de los elementos que uno esperaría encontrar en una ciudad de este tipo; muralla, foro, basílica, curia, macellum (mercado) con sus tabernae (tiendas), templos, termas, acueducto, etc, además de instalaciones para la salazón del pescado y la fabricación del “garum”, principales fuentes económicas de esta próspera ciudad. Como es lógico, todo ello articulado según el trazado tradicional a partir de la intersección de las dos calles principales, el cardo máximo (orientación Norte-Sur) y decumanus máximus (orientación Este-Oeste), por último dos puertas monumentales completan el conjunto.

 

Maqueta de Baelo Claudia.

 

A esta ciudad le debo en gran parte la inspiración que me ha llevado a empezar con este blog, por eso creo que se merece un poco de mi esfuerzo y escriba algunas palabras sobre un sitio tan espectacular no sólo por la arqueología y la historia que encierra, ya que la bahía de Bolonia( dentro del Parque Natural del Estrecho) es de por sí un verdadero espectáculo para los sentidos. Si además os gusta la playa y deportes como el  kitesurf, este es vuestro sitio!.

Columna de “piedra ostionera”

 

Bien, voy a empezar como se empieza la visita al yacimiento, por el museo. Nada más llegar nos encontramos con un pequeño pero completo museo que exhibe numerosos objetos hallados en las excavaciones arqueológicas. Seguidamente os comentaré sólo algunos de ellos (el resto los dejo para que los descubráis vosotros mismos). Al bajar las escaleras nos topamos con una columna de considerable altura, recuperada del exterior y montada con su aspecto original, se trata de una columna tallada sobre “piedra ostionera” (roca sedimentaria compuesta principalmente por elementos fósiles marinos), dicha columna se encontraría originalmente en la zona del foro, formando parte de alguno de los edificios principales de la ciudad.

La ornamentación de la ciudad está constatada por numerosos elementos decorativos, como los dos silenos recostados, tallados en mármol, que aparecieron en la zona del teatro, o bien la magnífica escultura de una dama romana que recoge grácilmente los pliegues de su vestido a la vez que empieza a andar.

“Dama romana”

 

Otra pieza interesante es una inscripción funeraria en mármol de época alto imperial (s.I-II d.C.) que en latín decía;  “L-FABIUS-NOVELLUS-ANN-LXIIX-PLOTIA-SEPTUMA-MATER-F(ECIT-HIC SITUS EST-SIT TIBI TERRA LEVIS)” . Se encuentra incompleta, faltando la parte inferior, pero podemos reconstruir el texto entero que traducido diría así;  “Lucius Fabius Novellus, de 68 años de edad. Plotia Septuma. Su madre hizo construir (este monumento). Aquí yace. Que la tierra te sea leve”.

 

Inscripción funeraria. (s.I-II d.C.)

 

Seguidamente, y como la numismática es algo que siempre me ha atraído, os mostraré algunas de las monedas que se han encontrado durante las excavaciones, se trata principalmente de denarios romanos de la dinastía de los Antoninos, así podemos reconocer fácilmente monedas de Nerva, Adriano, Antonino Pío e incluso del propio Trajano.

Denarios romanos.

 

En el interior del museo hay muchas más piezas, todas interesantes; lucernas, cerámica tipo “terra sigillata”,  etc, pero son muchas y aunque quisiera no podría describiros el total de las mismas, además, es preferible que las descubráis el día que vayáis a Baelo Claudia.

En próximos post saldremos al exterior en un día soleado y recorreremos la ciudad para conocerla de cerca, al menos las partes de la misma que ya están excavadas. Ya os adelanto que, aunque le falta la “tridimensionalidad” de Pompeya, la sensación es la de andar por una ciudad romana completa y funcional. Espero que os haya gustado. #Arqueosaludos.

UN PASEO POR EL ACUEDUCTO ROMANO DE TARRACO.

Tarraco se convirtió en una floreciente urbe romana bajo el dominio de Augusto, allá por el siglo I, de hecho el escritor Pomponio Mela dijo de ella que era “el puerto más rico en esta costa” (Tarraco urbs est en his oris maritimarum opulentissima). Así pues una de las necesidades básicas que tenía esta  ciudad en pleno desarrollo era la de procurarse un aporte regular y en cantidad suficiente de agua. La solución vino del rio Francolí (“Tulcis” para los romanos). A pesar de que dicho río desemboca en el mismo puerto de Tarragona, sus gobernantes decidieron traer el agua desde más lejos (25 Km nada menos), seguramente con la intención de conseguir mayor pureza y aprovechar el desnivel topográfico para poder distribuirla por todas las fuentes de la ciudad, de este modo no quedó más remedio que construir un acueducto.

Ilustración de Hugo Prades a la entrada del monumento.

De aquel acueducto nos ha llegado hasta nuestros días el conocido como “Puente del Diablo” o “Acueducto de les Ferreres”. Se trata de una arquería romana diseñada para salvar el obstáculo que representa el denominado barranco de los arcos. Dicha depresión topográfica se encuentra a tan solo 4 Km de la actual Tarragona.

Maqueta del Puente del Diablo.

Una buena forma de hacernos una idea del discurrir de este acueducto hacia la ciudad de Tarraco es visitar la magnífica maqueta que podéis encontrar en la plaza del Pallol, 3 (antigua Audiencia de Tarragona)  y que representa la Tarraco romana y sus alrededores en su época de máximo esplendor (s. II d.C.) a escala 1:500.

Maqueta de la ciudad de Tarraco.

El monumento real se encuentra en un magnífico bosque de pinos y palmitos, muy cerca de un área recreativa donde pasar un buen día en plena naturaleza. El acceso es sencillo y hay un aparcamiento nada más dejar la N-240.

Esta construcción se compone de dos niveles de arcos, el superior comprende 25 de estos mientras que el inferior tan solo posee 11. La arquería en su totalidad mide 217 mts de largo y llega a alcanzar una altura máxima de 27 mts . El  desnivel entre los dos extremos es de tan sólo 40 ctms.

Vista lateral del “Puente del Diablo”

Dentro de los diversos tipos de arquerías romana podemos decir que el Puente del Diablo es una construcción relativamente sencilla ya que los pilares de ambos niveles son “coaxiales”, esto quiere decir que se superponen uno directamente encima del otro, resultando una estructura relativamente débil ya que el fallo de cualquier soporte inferior provocaría el colapso de la construcción. Sin embargo esto no ha ocurrido, a pesar de los siglos pasados y de las fuertes tormentas que sin duda debió soportar, habiendo sido utilizado hasta el siglo XVIII. Una vez más los romanos nos siguen dando lecciones de ingeniería a través del tiempo.

Detalle de la doble arcada coaxial.

Esta construcción encierra en sí varios secretos que quizás sean la clave de su longeva resistencia, uno de ellos es el tipo de construcción. Se compone de una serie de piezas talladas de forma regular en piedra o “sillares”, los cuales están dispuestos en lo que se conoce como “aparejo en seco”,  que es la fábrica de piedra más antigua conocida y que no usa mortero para unir las diferentes piezas. La propia fricción entre los sillares es lo que permite mantenerlos unidos  y dar cohesión a toda la estructura.

Otro secreto, aunque este es más evidente, es la forma de los pilares inferiores, estos se disponen con una base mucho más amplia sobre el suelo, de esta forma las cargas compresivas se distribuyen mejor, de ahí su aspecto troncopiramidal alargado

Pilares con base más ancha en su arranque.

Tan importante como la estructura es la cimentación. Siempre que les era posible los romanos construían los pilares de sus puentes y arquerías sobre roca firme y esta no es una excepción, en algunos puntos del barranco afloran las rocas calizas y justo encima de estas tenemos los pilares. Como podéis apreciar en la foto inferior, parte de esa roca caliza se ha disuelto parcialmente dejando una especie de crestas, consecuencia del discurrir del agua durante siglos.

Cimentación sobre la roca caliza.

La parte superior de la arquería es transitable, de hecho yo mismo crucé con mi familia de un extremo a otro sin problema.

Parte superior transitable.

Como curiosidad os muestro una forma de unir también los sillares superiores conocidas como “grapas”, aquí con la variante denominada “colas de milano” . Estas “grapas” hechas de hierro ya eran usadas por los romanos, nueva lección de ingenio, y  en la actualidad tan sólo las hemos mejorado usando  acero y tornillos como podéis ver

Unión moderna de sillares en “cola de milano”.

Para los amantes del cine, y a modo de curiosidad, deciros que esta arquería aparece en la película de Bigas Luna “La teta y la Luna”, rodada en 1994, en una escena con un grupo de legionarios romanos desfilando por la parte superior del mismo, aunque la película no va de “romanos”.

Espero que os haya gustado.#Arqueosaludos.

 

LOS HIPOGEOS FENICIOS DE “BARIA”.

Los fenicios fundaron la colonia de Baria, la actual Villaricos (Cuevas de Almanzora, Almería) allá por el siglo VIII a.C., formando parte de las numerosas fundaciones que podemos encontrar en esa época a lo largo de todo el litoral andaluz. Su ubicación responde al modelo conocido como “paisaje fenicio”, es decir localizaciones favorables para el acceso marítimo (pequeñas bahías o islas cercanas a la costa), de fácil defensa (islas o promontorios costeros) y con buenas comunicaciones hacia el interior (cursos fluviales navegables).

Baluarte defensivo del siglo XVIII junto al yacimiento.

Pues bien, Baria contaba con todo esto, un buen puerto, colinas cercanas al mar y un río (Almanzora) y además, buena pesca para la industria de la salazón y el garum. Por si esto fuera poco, la cercana Sierra Almagrera proporcionaba galena argentífera (mineral del que se obtiene el plomo y la plata) y minerales mena de hierro. Fue precisamente esta riqueza mineral la que muchos siglos después (s.XIX) atrajo la atención de compañías mineras extranjeras. Uno de sus ingenieros, Luis Siret, de origen belga, sería el gran descubridor de Baria y de muchos otros enclaves arqueológicos de la provincia de Almería. Esta gran riqueza ha sido la causa de la prolongada ocupación de este rincón almeriense durante tantos siglos. Es de reseñar que ya antes de la llegada de los fenicios existió un asentamiento íbero,  el cual coexistió pacíficamente junto a los nuevos colonos.

Vista general de los hipogeos.

De especial relevancia fue el descubrimiento de una necrópolis con unas 2.000 sepulturas y unos 50 hipogeos, los cuales abarcan un período de tiempo que va desde la época fenicia hasta la tardorromana, aunque la inmensa mayoría se adscriben a este primer momento. Hace ya varios años que estuve allí, cuando la protección y puesta en valor de dichos hipogeos no era la más deseable pese a que en opinión de muchos especialistas la necrópolis de Baria y su ciudad en conjunto podían convertirse en un magnífico reclamo turístico (hay que tener en cuenta, por ejemplo,  que Vera se encuentra a muy pocos kilómetros de Villaricos) y por lo tanto un elemento generador de riqueza para la zona. Hoy día aunque los hipogeos se pueden visitar, Baria sigue siendo una gran desconocida para los aficionados a la Arqueología y la Historia.

Hipogeo restaurado en el que se aprecia la piedra para cerrarlo.

 

Entrada de un hipogeo con acceso en rampa.

Bueno, a ver si me centro y os hablo ya de la necrópolis, porque de la ciudad de Baria quizás nos ocupemos en un futuro ya que hay mucho para contar. Pues bien, como os venía diciendo, de la necrópolis de Baria han quedado cinco hipogeos, sobre los cuales se ha actuado  para restaurarlos y conservarlos como se merecen. ¿Qué es un hipogeo?, vale, vale, lo explico para que no haya dudas, un hipogeo es una estructura artificial y subterránea excavada en la roca donde se depositan los restos de uno o varios difuntos junto con sus ajuares funerarios, suelen estar cerrados por grandes piedras u “ortostatos” que pueden adoptar diversas formas, desde casi circulares hasta cuadrangulares. Los ajuares que se encuentran en su interior están relacionados, como cabría esperar, con las creencias religiosas, incorporando elementos simbólicos relacionados con la vida. Especialmente relevantes fueron los hallazgos, en gran cantidad, de huevos de avestruz pintados o grabados (dedicaremos un post a estos en otro momento), cerámica, objetos de metales preciosos (anillos, etc.). En la entrada de los mismos se encontraba un “cipo” o “estela” con inscripciones relativas a los difuntos que ocupaban  los hipogeos. Los hipogeos se excavaron sobre la roca existente, esquistos (roca parecida a la pizarra y con la que se confunde a menudo), la cual es relativamente fácil de trabajar debido precisamente a la “esquistosidad” (disposición de la roca en planos más o menos paralelos). Su estructura contaba con un acceso, a modo de pasillo al aire libre, bien como simple rampa o bien con escalones, el cual desembocaba en la cámara funeraria. Dicha cámara tenía una altura media de 1,8 mts y una anchura variable, llegando en alguna ocasiones a ser de más de 3 mts, además contaba con un banco o nicho tallado en la piedra donde se depositaba el inhumado y su ajuar. Los hipogeos rehabilitados se encuentran en el mismo flanco de un pequeño barranco que desemboca en otro mayor, el cual se orienta buscando el mar. Naturalmente los ocupantes de estos hipogeos eran personajes de alto rango que gustaban de joyas y de la fina cerámica griega, con la que probablemente ellos mismos comerciaban. En espera de que Baria reclame su puesto como enclave arqueológico singular que es  y podamos ver su ciudad romana y cartaginesa, os animo a que por lo menos visitéis la necrópolis y sus hipogeos, aquí os he dejado algunas imágenes de lo que podréis ver. #Arqueosaludos.

“SIEGA VERDE”.PREHISTORIA GRABADA EN PIEDRA.

Logo de Siega Verde. ADECOCIR.

No muy lejos de la frontera con Portugal existe un lugar donde el hombre del Paleolítico Superior dejó una huella indeleble sobre la piedra. Ese lugar es “Siega Verde”. Este verano, como me encontraba visitando a unos amigos en la provincia de Salamanca, he aprovechado para acercarme y conocer tan singular sitio.

Localización.

El yacimiento se ubica en los términos municipales de los pueblos de Villar de la Yegua, Villar de Argañán y Castillejo de Martín Viejo, ocupando unos 3 Km. del cauce del río Águeda, a tan solo 15 Km. de Ciudad Rodrigo, donde grabados sobre la piedra se han localizado un total de 94 paneles con más de 500 representaciones, mayoritariamente de zoomorfos (caballos, bóvidos y cérvidos principalmente), además de figuras antropomorfas y diversos símbolos abstractos, todos ellos al aire libre.

Importancia del yacimiento.

Grabando la piedra. ADECOCIR.

Siega Verde es junto al cercano yacimiento portugués de Foz Côa uno de los conjuntos de arte rupestre paleolítico más importantes de toda Europa. El valle del Côa fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1998, haciendo extensiva esta declaración a la estación de Siega Verde en el año 2010. Además, se da la particularidad de que ésta ha sido la primera vez en que la UNESCO reconoce bajo una misma declaración a dos lugares pertenecientes a países distintos. Los otros dos enclaves de arte rupestre paleolítico europeo que la UNESCO ha reconocido hasta la fecha son, por una parte, las “Cuevas pintadas del Valle del río Vézère” (Francia, 1979) y, por otra parte, la “Cueva de Altamira” (1985) y las “Cuevas con arte rupestre de la Cornisa Cantábrica” (2008). Todo esto nos da una idea de la importancia de este sitio arqueológico.

 

¿Qué podemos ver?

Calco de uno de los paneles más interesantes. (Modificado de ADECOCIR).

Como ya hemos adelantado en los numerosos paneles catalogados podemos encontrar representados muchos animales, la mayoría herbívoros que eran cazados por nuestros ancestros, como los “uros” (bóvidos salvajes cuyo tamaño era el doble de un toro actual), ciervos (un caso especial son los “megaceros”, ciervos de gran alzada con una espectacular cornamenta), caballos (con un aspecto muy parecido a la única subespecie salvaje de caballo que sobrevive en la actualidad, el “caballo de Przewalskii”), cabras, etc. Sin embargo, existe una representación destacable por su rareza, ya que normalmente se representan, solos o en conjunto, aquellos animales que eran objeto de caza, pero no depredadores. Se trata de la figura de un cánido (lobo) el cual aparece en un panel junto a un gran uro, varios caballos, la cornamenta de una cabra en vista frontal y un símbolo abstracto en forma de “U”.

Calcos de paneles con figuras en conjunto y aisladas. (Modificado de ADECOCIR).

Cabe reseñar la coexistencia en el yacimiento de representaciones de animales pertenecientes a la fauna eurosiberiana (característicos de clima frío) como son los renos, bisontes y rinocerontes lanudos junto a otros elementos mediterráneos, como es el caso de los ciervos. Esto nos habla de la alternancia del clima frío con otros períodos más cálidos, coincidiendo con las últimas fases de la última glaciación (Würmiense), la cual tuvo su apogeo hace 20.000 años a.C. El cambio climático que tuvo lugar posteriormente supuso la retirada progresiva de los glaciares y el aumento de las temperaturas y la humedad a nivel global, favoreciendo la sustitución de un tipo de animales por otros mejor adaptados. Dichos animales normalmente aparecen representados en conjuntos de 2 a 6 figuras, aunque no son raros los grabados con un único elemento en paneles de rocas aisladas. Lo más común es que estas figuras adopten una posición estática de perfil absoluto, ya que las técnicas empleadas, a diferencia de la pintura, no permiten conseguir una sensación de profundidad.

Prótomo de caballo piqueteado.(ARQUEOFILIA)

Las partes más representadas son los “prótomos” (parte del cuerpo que incluye la cabeza y la totalidad o parte del cuello del animal), en otras ocasiones se representa únicamente la cabeza y la línea superior del lomo (conocida como “línea cérvico-dorsal”). Son numerosos los detalles como las orejas, las crines enhiestas o “crineras” en los caballos (típicas de los caballos de Przewalskiii y de las cebras), los cuernos, la indicación del sexo, así como el denominado “despiece ventral”. Este último consiste en tres líneas curvas que dibujan una “M” muy abierta y que se usan para delimitar el lomo del vientre del animal, quizás indicando de manera gráfica un cambio en la coloración del pelaje. Por otra parte, las partes distales de las extremidades (pezuñas) no suelen aparecer en los grabados.

 

Calcos con distintos elementos compositivos. (Modificado de ADECOCIR).

Otro tipo de representaciones se corresponden con vulvas (interpretados como símbolos asociados a la fertilidad) o signos de diversos tipos como “claviformes” o “tectiformes”, algunos de estos últimos con forma de retícula, todos de difícil interpretación, quizás redes o trampas para cazar a los animales representados.

La técnica.

Para representar tanto las figuras zoomorfas como los símbolos abstractos se usaron tres técnicas:

  1. Piqueteado. Consistente en percutir con una piedra dura (principalmente de cuarzo o cuarcita), previamente afilada en uno de sus extremos, sobre la roca (percusión directa) aunque también se puede usar otra piedra a modo de martillo (percusión indirecta). En ambos casos se actúa sobre aquellas zonas en las que el esquisto presenta una superficie más o menos lisa. Estas superficies lisas se producen como consecuencia de la propia naturaleza de la roca (tanto la pizarra como el esquisto se deshacen en lajas o planchas de roca a favor de planos paralelos entre sí, esta propiedad se conoce en geología como “esquistosidad”) o bien aprovechando las paredes lisas aunque ligeramente curvadas que presentan las “marmitas de gigante” (grandes oquedades sobre el lecho rocoso del río producidas por la erosión continua de las piedras del fondo al formarse un remolino de gran energía).
  2.  Incisión. Consiste en presionar y arrastrar de manera continua sobre la superficie rocosa, usando esta vez un material puntiagudo, una hoja o lámina de sílex. Apareciendo finas líneas que sirven tanto para esbozar la figura, perfilar los piqueteados o añadir detalles.

     3.  Abrasión. Consiste en retocar una línea de manera sucesiva formando un surco más profundo.

Todas estas técnicas se usan individualmente o bien de forma combinada en una misma figura. Originalmente aparecen trazos (incisión y abrasión) o pequeños hoyitos (piqueteado) de color blanco que provocan un gran efecto de contraste sobre el fondo gris oscuro de los paneles, no obstante con el paso del tiempo y debido a la composición mineral de la roca (con gran cantidad de minerales ferrosos) el color se vuelve rojizo debido a la oxidación de dichos minerales, consiguiendo el aspecto de una falsa pintura.

La datación.

No es fácil datar una estación al aire libre ya que no se pueden establecer relaciones con otros elementos del contexto arqueológico (no hay restos de hogueras susceptibles de ser utilizados para la prueba del C14, no hay industria lítica que se pueda comparar con otra conocida y bien datada, etc). Sin embargo si podemos establecer relaciones con las pinturas realizadas en el interior de las cuevas. Dichas pinturas utilizan técnicas de representación y convencionalismos comunes a los grabados como son las “líneas cérvico-dorsales”, los “despieces ventrales en M”, etc. Como consecuencia de este análisis comparativo se ha concluido que los grabados se produjeron entre 20.000-11.000 años a.C, correspondiendo a los períodos Solutrense y Magdaleniense.

¿Qué tiene de especial Siega Verde?

Esta acumulación de figuras en un lugar tan delimitado no es casual, Siega Verde es un importante lugar de paso tanto de hombres como de animales ya que el río Águeda en este punto permite ser vadeado antes de encajarse en los Arribes del Duero.

Por otra parte es importante señalar la gran fluctuación del caudal que presenta este río, alternando grandes avenidas con prolongadas sequías. Sin embargo, en cualquier época se podría encontrar pozas con agua, haciendo de este sitio un lugar muy atractivo para las sedientas manadas que acudirían a saciar su sed en el fondo del valle.

Así mismo provocar la entrada de estos animales en el agua sería una ventajosa forma de darles caza, al limitar su capacidad de movimiento y por lo tanto de huida, se aumentaba la probabilidad de conseguir una buena pieza y todo ello con un menor esfuerzo.

Se cree que los grupos de cazadores-recolectores del Paleolítico Superior establecerían sus campamentos en las terrazas del río (apartados del cauce para evitar a los depredadores que también bajarían a beber) en largas temporadas que abarcarían desde el comienzo de la primavera hasta bien entrado el otoño, teniendo que abandonar el lugar en el invierno debido al rigor del clima. Precisamente el clima debió ser un factor decisivo en el abandono del lugar tras acabar el Paleolítico ya que no existen grabados posteriores pertenecientes ni al Neolítico ni a la Edad de los Metales, al contrario que en otros valles con grabados, como es el caso de la estación de “Domingo García” en Segovia.

Significado de los grabados.

Son muchas las interpretaciones que se le han atribuido al arte paleolítico, algunas relacionadas con la “religión”, el “chamanismo”, los “tótemes”, el “arte por el arte” etc. A mi personalmente me convencen dos posturas; la primera es la que aboga por explicar estas manifestaciones como magia propiciatoria para la caza, tesis avalada por la abrumadora presencia de animales que son en definitiva piezas de caza. La otra propone que los paneles serían elementos de señalización de territorios de caza para las tribus de cazadores-recolectores, legitimando cierta “propiedad” o “exclusividad” de determinadas zonas. Sea como fuere la verdad es que el realismo, el naturalismo y la fuerza expresiva de las figuras es capaz de trasladarnos a otra época, hace miles de años, cuando la humanidad todavía no tenía fronteras y la naturaleza era la patria común de todos los hombres.

Espero que os haya gustado y si tenéis oportunidad no dejéis pasar la ocasión y acercaros, merece la pena. #Arqueosaludos.